columnas
Coraje
Vivimos en una época donde solo nos preocupamos de nuestros propios problemas. La mayoría de la gente de hoy en día no tiene tiempo para ponerse a pensar en lo que sucede realmente en el mundo. Con esto no me quiero referir a que no pensemos en la contaminación, en el calentamiento global, en el cambio climático, … que si lo hacemos, pero un tema en el que creo que muchas personas no se preocupan, es en el hambre de millones de niños y personas de esos países en donde ni si quiera saben lo que significa la palabra soñar, y que no teniendo absolutamente nada son infinitamente más felices que nosotros.
Cada vez hay más ONG que aportan recursos como son medicamentos, comida, colegios, educación... para que cada vez el hambre en el mundo sea menor, sin embargo hay mucha más gente ambiciosa que solo piensan en ellos mismos, y que no les importan la muerte de estos seres indefensos, y si esto les implica un problema, casi nunca hacen nada. Eso es realmente lo que da rabia y estoy segurisima de que si todos pusiéramos de nuestra parte esto de una vez por todas terminaría. Pero yo pienso que por mucho que se hable de este tema es casi imposible que la sociedad sienta empatía. El Programa Mundial de Alimentos asegura que hoy en día hay novecientos veinticinco millones de personas desnutridas en el mundo y que aproximadamente doscientas asociaciones y ONG son las que combaten todos los días con este infierno.
Se nos tendría que encoger el alma viendo esas caras de sufrimiento de personas que no se merecen nada y que nada más que por lo egoísta que puede llegar a ser la gente lo pasan tan mal. Coraje.
Paulina Hernández Martínez
Cada vez hay más ONG que aportan recursos como son medicamentos, comida, colegios, educación... para que cada vez el hambre en el mundo sea menor, sin embargo hay mucha más gente ambiciosa que solo piensan en ellos mismos, y que no les importan la muerte de estos seres indefensos, y si esto les implica un problema, casi nunca hacen nada. Eso es realmente lo que da rabia y estoy segurisima de que si todos pusiéramos de nuestra parte esto de una vez por todas terminaría. Pero yo pienso que por mucho que se hable de este tema es casi imposible que la sociedad sienta empatía. El Programa Mundial de Alimentos asegura que hoy en día hay novecientos veinticinco millones de personas desnutridas en el mundo y que aproximadamente doscientas asociaciones y ONG son las que combaten todos los días con este infierno.
Se nos tendría que encoger el alma viendo esas caras de sufrimiento de personas que no se merecen nada y que nada más que por lo egoísta que puede llegar a ser la gente lo pasan tan mal. Coraje.
Paulina Hernández Martínez
La imagen en la sociedad
Hoy en día vivimos en una sociedad en que la imagen es muy valorada. El aspecto físico y la reputación de cada uno puede marcar en bastante como los demás le ven e incluso cómo se ve a sí mismo. Puede ayudarnos a conseguir un trabajo o acercarnos a nuestra pareja soñada, pero también nos puede provocar grandes frustraciones, inseguridades…
Nos basamos en la imagen para juzgar a las personas sin realmente tener en cuenta su personalidad, su manera de pensar, de opinar, de actuar… Nos olvidamos de lo más importante. No nos damos cuenta de que las personas tenemos sentimientos, nos somos insensibles; por lo tanto, los prejuicios son comentarios que se deben omitir y que desgraciadamente abundan en esta sociedad. ¿Acaso nunca te has sentido ofendido al escuchar un comentario no deseado por alguien por el que sientes afecto?
A todo el mundo nos ofende escuchar un comentario fuera de lugar acerca de nosotros, e incluso hay personas que lo llegan a pasar terriblemente mal, debido a los estereotipos que nos ponemos. Deberíamos ponernos metas para ser felices, y no para ver quién es el más guapo.
Está claro que no estamos hechos para gustar a todos ya que resulta realmente imposible. Hay que darle más importancia al interior que al exterior porque poco a poco y con el paso del tiempo es lo único que realmente se va a mantener en cada uno de nosotros. Nosotros mismos somos los que hemos provocado que hoy en día nos fijemos más en la imagen que en el interior y hagamos un uso inadecuado de ello. Por eso, debemos ser nosotros los que hagamos de esta sociedad un mundo que valore la diversidad.
Yo algunas veces lo he pasado mal por los comentarios ofensivos hacia mi persona, hasta que aprendí que nadie es perfecto y que antes de querer a los demás hay que quererse a sí mismo. Por suerte nunca he vivido ningún abuso, pero desgraciadamente cada día son más frecuentes, puesto que cuando reviso mis redes sociales suelo encontrar a gente que se mete con otras personas simplemente por: como viste, lo guapa que es, lo gorda que está… Todos estos abusos aumentan con las nuevas tecnologías, lo que es una pena, puesto que en mi opinión las tecnologías están para ayudarnos, no para hacernos la vida más difícil.
Así pues, paremos con esto. Quiérete a ti mismo, y no le hagas a nadie lo que no te gustaría que te hicieran.
Alicia Urueña Mariscal
Nos basamos en la imagen para juzgar a las personas sin realmente tener en cuenta su personalidad, su manera de pensar, de opinar, de actuar… Nos olvidamos de lo más importante. No nos damos cuenta de que las personas tenemos sentimientos, nos somos insensibles; por lo tanto, los prejuicios son comentarios que se deben omitir y que desgraciadamente abundan en esta sociedad. ¿Acaso nunca te has sentido ofendido al escuchar un comentario no deseado por alguien por el que sientes afecto?
A todo el mundo nos ofende escuchar un comentario fuera de lugar acerca de nosotros, e incluso hay personas que lo llegan a pasar terriblemente mal, debido a los estereotipos que nos ponemos. Deberíamos ponernos metas para ser felices, y no para ver quién es el más guapo.
Está claro que no estamos hechos para gustar a todos ya que resulta realmente imposible. Hay que darle más importancia al interior que al exterior porque poco a poco y con el paso del tiempo es lo único que realmente se va a mantener en cada uno de nosotros. Nosotros mismos somos los que hemos provocado que hoy en día nos fijemos más en la imagen que en el interior y hagamos un uso inadecuado de ello. Por eso, debemos ser nosotros los que hagamos de esta sociedad un mundo que valore la diversidad.
Yo algunas veces lo he pasado mal por los comentarios ofensivos hacia mi persona, hasta que aprendí que nadie es perfecto y que antes de querer a los demás hay que quererse a sí mismo. Por suerte nunca he vivido ningún abuso, pero desgraciadamente cada día son más frecuentes, puesto que cuando reviso mis redes sociales suelo encontrar a gente que se mete con otras personas simplemente por: como viste, lo guapa que es, lo gorda que está… Todos estos abusos aumentan con las nuevas tecnologías, lo que es una pena, puesto que en mi opinión las tecnologías están para ayudarnos, no para hacernos la vida más difícil.
Así pues, paremos con esto. Quiérete a ti mismo, y no le hagas a nadie lo que no te gustaría que te hicieran.
Alicia Urueña Mariscal